Vivir en los márgenes y crecer expuesto a las desigualdades puede ser una condena para muchas personas. Pero aquellas que logran salir de ese ámbito pueden volcar toda esa experiencia y convertirla en arte, como el caso del director francés Ladj Ly.
El realizador de origen musulmán está causando una verdadera revolución en Europa con su ópera prima Los miserables (Les misérables), que arrasó en el Festival de Cannes, ganó el Goya a Mejor Película Europa y ahora apunta sus cañones a los Oscars.
Les miserables. Cuando la injusticia se torna insoportable
Pero no todo fue fácil en la preparación de la historia que toma el título del clásico de Victor Hugo. En un reportaje al medio español ElDiario.es, Ly se explayó sobre el tema: “si hubiese hecho una comedia no habría habido problema. Pero tocar el extrarradio en Francia es un tabú. No le gusta a nadie que lo muestres y menos como lo he hecho yo”, explicó.
La crudeza de su relato hizo que la financiación del proyecto fuera complicada, el establishment francés hubiera preferido que el proyecto durmiera en un cajón para siempre.
Por suerte eso no sucedió, porque el film de Ladj Ly nos sitúa en el barrio de Montfermeil, donde el director pasó su adolescencia, y donde la historia se construye alejado a los ideales de libertad, igualdad y fraternidad que proclama la República.
La trama gira en torno a un nuevo policía (Damien Bonnard) que llega a una división acostumbrada a no respetar la ley, y cuando un suceso pondrá en estado de violencia constante a todo el barrio.
